Sobre La casa de Bernarda Alba , de Federico García Lorca.
Dirección: Edgardo Dib.
Con: Stella Brandolin, Marta Montero, Liana Muller, Erica Spósito, Julieta Vigo, Sandra Grandinetti, Mariana Gutierrez y Araceli Haberland.
Iluminación: Leandra Rodríguez.
Vestuario y espacio escénico: Edgardo Dib.
La Manufactura Papelera, Bolívar 1582. Viernes, a las 21.
Duración: 80 minutos.
Un estrecho círculo de sal rodea a las mujeres de La casa Alba que, con ayuda de esta suerte de ritual mágico, intentan protegerse del exterior. Luego de la muerte de su segundo marido, Bernarda obliga a la reclusión a sus cinco hijas durante los ocho años que dura el duelo. Así lo decide y parece que no hay fuerza humana que se le oponga.
La original puesta de esta mirada sobre La casa de Bernarda Alba es, sin dudas, el punto más alto de la propuesta que dirige Edgardo Dib. Esa encerrona claustrofóbica y agobiante, sumada a un buen diseño de vestuario que acentúa la misma idea, no sólo es visualmente atractiva sino que logra contagiar el clima denso y opresivo que esta madre autoritaria y seca intenta imponer puertas adentro. Lo pequeño del espacio obliga a las actrices a movimientos calculados, medidos, sumamente pensados que, por momentos, se convierten en un atractivo en sí mismos, tanto que son esos momentos en los que se las ve más cómodas a las ocho actrices que integran el elenco -demasiado heterogéneo en su rendimiento- que por razones de puesta está todo el tiempo en escena, decisión no del todo justificada y que crea a varias de ellas muchos problemas con sus personajes.
Con la ayuda de un papel encantador y, podría decirse, más fácil de agarrar, se destaca Marta Montero, quien logra moverse con soltura con su Poncia; lo mismo que Araceli Haberland con su pequeña Amelia, quien, pese a no tener un papel con demasiadas intervenciones, no lo desperdicia, no lo abandona. Otras que logran algunos momentos de emoción son Mariana Gutierres, con su Adela, y Erica Sposito, con Martirio.
. Nota Publicada en el Diario La Nación .